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Petter Briones

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La Conversación Más Difícil Que He Tenido Sobre Negocios (Hasta el momento)

En algún momento leí una frase que decía que tu vida será medida por la calidad de las conversaciones que has tenido, pero le sumaría que también por la cantidad de conversaciones difíciles que has estado dispuesto a abordar.

Lanzo esta idea porque como algunos ya sabrán, estoy creando una nueva empresa (pronto les comentaré más) y como es bien sabido, no se puede pretender hacer algo grande y que impacte a muchas personas sin la ayuda de un círculo interno potente; es decir, un equipo que esté igual de comprometido y que en el mejor de los casos sean mejores que nosotros para complementarnos.

Te comparto un poco de la historia para ponerte en situación y al final hago una reflexión a la que me gustaría que dejes tu comentario y punto de vista, así nos vamos retro-alimentando todos.


La Historia.

Cuando se empezó a formar la idea de esta empresa en mi mente enseguida supe que necesitaría encontrar un socio estratégico que se sumara a la visión y estaría dispuesto a sacar adelante esta idea, así que mi primer pensamiento fue un amigo que había conocido en unas de las ciudades que había vivido ya que tenía (y lo tiene) un perfil muy prometedor.

Entonces no dudé en contactarlo, a lo que él contestó muy abierta y positivamente que si le interesaba, así que empezado a elaborar y matizar más la idea que negocio, sin embargo se empezó a generar una pequeña intuición en el área comunicativa; es decir, cuando le enviaba un mensaje no contestaba – entiendo que todos estamos ocupados- pero tardó algunos días en contestar por lo que se disparó mi primera alerta.

Estamos empezando una relación comercial y necesitamos mantener una comunicación mucho más fluida, pero pensé que era yo el que no había transmitido toda la visión del negocio (que es bastante grande) así que coordinamos una reunión a la que no llegó y la re-programamos para el siguiente día, realizamos el Model Business Canvas y pudimos poner sobre la mesa todo el potencial que tiene el negocio además de intentar transmitirle la visión global de este proyecto.

Quedaron unas tareas pendientes la próxima sesión para lo cual le había enviado un mensaje y no me contestó sino hasta la siguiente semana por lo que fue el punto decisivo que me hizo pensar que probablemente no sea el socio adecuado.

Al mismo tiempo le había estado dando vueltas a la cabeza y pidiéndole al universo un socio adecuado, y al siguiente día de «sentir» (pronto escribiré un post del porque he puesto sentir en comillas) que ya tenía un socio me escribe un buen amigo simplemente para saludarme, enseguida supe que era el hombre indicado para proponerle la idea, y así fue.

Le pedí que agendáramos una reunión y ese mismo día la tuvimos, fue tremendamente proactivo y dejamos una tarea pendiente para los próximos días, pero ese mismo día a las 22H30 me escribió diciéndome que ya la había terminado y que estaba muy enamorado de la idea de negocio y de la solución que va a ofrecer la empresa.

Hace algunos años también tuve este tipo de intuición con un socio de negocios pero por las ganas de solo ganar dinero (y no porque me apasionaba el negocio) decidí seguir adelante, esto me llevó a que ese socio me estafara, lo que a su vez me llegó a entrar en un breve cuadro de depresión.

Pero en esta ocasión, con un poquito más de experiencia y más que todo, dispuesto a hacerle caso a mi intuición, decidí simplemente no asociarme con este amigo poco proactivo y en su lugar, asociarme con el segundo, que además de ser un gran líder, emprendedor y buen padre, también tiene una ética de trabajo estupenda porque la conozco de primera mano.

Todas estas decisiones que no están basadas en números y estadísticas, y que más bien vienen desde una intuición están llenas de incertidumbres pero en esta oportunidad luego de tomarla me sentí libre, por lo que creo que he tomado una buena decisión; es más, diría que voy a hacer que sea la decisión correcta.


La Conversación Difícil.

Después de casi dos semanas llegó el momento de decirle al socio poco pro-activo que había decidido no trabajar con él, agendamos una reunión y nuevamente no se presentó (casi todas mis reuniones son online), así que la dejamos para el siguiente día.

Llegado el momento de la verdad no sabía como abordar la reunión, ya que lo primero que él me dijo fue, «¿Cómo puedo ayudar?», ¿En qué voy avanzando?», pero finalmente le informé de mi decisión.

Debo reconocer que cometí el error de decirle que había encontrado otro socio que era más pro-activo y que estaba más comprometido con el proyecto, ya que las comparaciones son odiosas, esto levantó sus defensas que en parte estaban bien fundamentadas.

Al final él estuvo de acuerdo con mi decisión y creo que quedamos de amigos, le escribiré en unas tres semanas porque él va a cumplir una meta que tenía pendiente y me interesaría que todo le haya ido bien, por encima de todo, es un buen amigo y espero sinceramente que este episodio no haya afectado del todo la relación.


Conclusión.

Cuando tengas esa voz interna que te está advirtiendo de algo, tomate un tiempo en escucharla y reflexionar lo que te está diciendo, lo más seguro es que si le prestas atención te lleve con el mejor camino.

Cuando cometí el error hace algunos años de asociarme con alguien solo por dinero (Ya que este tipo tenía una gran reputación y estaba más avanzado en su carrera empresarial en comparación a mi), después de esto decidí nunca más volverme a asociar con alguien a menos que me apasione el negocio que hagamos y que no tenga ningún presentimiento al respecto.

Si no hubiese mantenido esa conversación incómoda y haber acabado de raíz con esta situación, esto me iba a perseguir durante todo el tiempo que mantengamos la sociedad.

Y esto no solo se aplica a negocios, sino también a amistades y relaciones de parejas, por lo que te invito a que mantengas esas conversaciones difíciles ya que te ahorrarán muchos dolores de cabeza y además si le haces caso a tu intuición, llegarás más rápido a tu meta y además disfrutando el camino, que al fin y al cabo es lo más importante.

Así es que te invito a que hoy tengas esa conversación difícil, pero que a largo plazo te dará muchos beneficios.

Si crees que este le puede ayudar a alguien, esa personas se sentirá contenta que se lo hayas compartido.

Espero te haya aportado valor, te envío un abrazo digital.

Sinceramente.

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